Envío un email semanal.

Lo hago desde hace más de 100 semanas.

Eso son bastantes semanas.

 

Lo sigo haciendo por dos motivos:

Amo compartir todo lo que sé.

No es ese email que nadie lee -lleno de spam y contenido vacío-.

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Es un email valioso y que transforma.

Ese que vas a esperar cada semana y se convertirá en tu ratito.

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Es un paso hacia tu autenticidad salvaje.

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